miércoles, 23 de marzo de 2011











sábado, 19 de marzo de 2011



La noche había caído ya; sin embargo, un pequeño hacía grandes esfuerzos por no quedarse dormido. El motivo bien valía la pena; estaba esperando a su papá. Los traviesos ojos iban cayendo pesadamente cuando se abrió la puerta.

El niño se incorporó como impulsado por un resorte y soltó la pregunta que lo tenía tan inquieto:

- Papá ¿cuánto ganas por hora?... dijo con ojos muy abiertos.

Su padre entre molesto y cansado, fue tan tajante en su respuesta:

- Mira hijo, eso ni siquiera tu madre lo sabe, no me molestes y vete a dormir que ya es tarde.

- Si papa, pero por favor solo dime, ¿À cuánto te pagan por una hora de trabajo?, reiteró suplicante el niño. Contrariado, el padre apenas abrió la boca para decir:

- 30 €.

- Oye papá, ¿Me podrías prestar 20 €? Preguntó el pequeño.

El padre se enfureció y tomó al pequeño del brazo y en tono brusco le dijo:

- Asi que por eso quieres saber cuanto gano ¿no?, vete a dormir y no sigas fastidiando chico aprovechado...

El niño se alejó tímidamente, al meditar lo sucedido el padre comenzó a sentirse culpable. Tal vez necesita algo -pensó- y queriendo descargar su conciencia se asomó al cuarto de su hijo. Con voz suave le preguntó:

- ¿Duermes hijo?

- Dime papá, respondió entre sueños.

- Aquí tienes el dinero que me pediste.

- Gracias papá, -susurró el niño mientras metía su manita debajo de la almohada de donde sacó varias monedas.

- ¡Ya completé! -gritó jubiloso- "Tengo 30 €"

- ¿Papá, me podrías vender una hora de tu tiempo?...

miércoles, 9 de marzo de 2011











;;

Template by:
Free Blog Templates